Hallan un lince muerto en Madrid: mutilado y con disparos en su cuerpo
En esta ocasión, la causa principal de la muerte no natural del lince no ha sido un atropello, sino múltiples disparos. La semana pasada, fue descubierto el cuerpo decapitado de un ejemplar de lince ibérico, una especie emblemática y protegida, abandonado en una finca de El Molar, un municipio ubicado a 39 km al norte de la ciudad de Madrid, cerca de la N-I. Varias personas se encontraron con este macabro hallazgo: al lince no solo le habían disparado, sino que también le habían amputado la cabeza y las patas. De inmediato, se alertó al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), que se encuentra investigando los hechos para identificar al responsable de tan atroz suceso.
El lugar en el que apareció el animal no se encuentra en la ruta habitual de dispersión de la especie, que todavía no se ha establecido en la comunidad madrileña. Por esta razón, los agentes están barajando la posibilidad de que se pueda tratar de un animal cazado de forma ilegal en otra parte y trasladado a esta finca, indican a EL PAÍS fuentes de la Guardia Civil. Los pocos ejemplares que se han detectado en la región son individuos que se dispersan a la búsqueda de un territorio donde establecerse desde Toledo, donde la reintroducción de la emblemática especie ha sido un éxito.
Tras realizar la necropsia al animal, se comprobó que presentaba, al menos, el impacto de dos disparos. Las mismas fuentes añaden que detrás de los hechos se podría encontrar un cazador debido a que la cabeza es una parte de los animales considerada como trofeo. Las personas que cometen este tipo de actos se enfrentan a un delito contra la fauna por matar a un ejemplar de una especie protegida de la fauna silvestre, pudiendo ser condenado a penas de prisión de seis meses a dos años, multas e inhabilitaciones para el ejercicio de la caza.